No, este no es el típico vídeo navideño: nada de copos de nieve ni de oropeles brillantes.
Es amor. Pero no amor en estado puro, sino amor comprometido. Hoy, desengañado de tanta fiesta comercial, tanta tontería de luminarias de diseño y tanta hipocresía oficial, después de ver este vídeo, sí que puedo decir sin asomo de fraternalismo ñoño:
Paz en la Tierra a los hombres y mujeres de buen corazón
Quod vidit scripsit
lunes, 27 de diciembre de 2010
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