Nuevas fotos de Llille y de Cristina

La tita Llille me envió varias fotos de reuniones familiares. Aunque ya os lo he comunicado por correo, las pongo aquí también para que quede en el archivo del blog.

También os mando el enlace a un álbum de Cristina, pero ese creo que sólo lo pueden ver los que tengan cuenta en Facebook

Enlace al álbum de Llille en Picasa
Enlace al álbum de Cristina en Facebook
Hay muchos que aún no me han enviado nada... a ver si os animáis a compartir fotos y relatos.
Exempli gratia

Il cavaliere dell'aria

Ayer recibí este breve comunicado de la prima Wally:

“Quiero comunicaros que, tranquilamente y muy sereno, mi Ugo grande se nos ha ido el 3 de febrero de 2011.
Estoy muy triste pero saldré adelante, dejadme un poco de tiempo.

OS ABRAZO A TODOS

Wally”

Torre a piloto:

–Último vuelo

–Frenos fuera

–Permiso para despegar

–Próximo control asteroide B612

–Alinea tu alma con el amor de Dios, como cantó ese otro caballero italiano, il Sommo Poeta:

A l'alta fantasia qui mancò possa;

ma già volgeva il mio disio e 'l velle,

sì come rota ch'igualmente è mossa,

l'amor che move il sole e l'altre stelle

Faltan fuerzas a la alta fantasía;

pero ya mi deseo y mi voluntad

giraban como ruedas impulsadas

por el amor que mueve al sol y las estrellas.

Dante Alighieri,  Divina Commedia, Paradiso, final del Canto XXXIII

A nuestra querida Anita

  Aunque es ley de vida, no por eso dejamos de lamentar tu sensible pérdida. 

Primero fueron los abuelos, Matilde, Manolo, ahora mis hijos pierden a una de sus titas. Pero no solo es la primera, con ella se van muchos recuerdos, aunque perviven en nuestro corazón. Recordamos con cariño, cuando con los niños íbamos al “campo de Anita”, al Almendral, y allí como una paciente Blancanieves arropaba y protegía a los “7 enanitos”, tus 4 hijos y los 3 míos. 

   Ese sabor de un tomatito con pimienta, esas charlas apacibles mientras los niños chapoteban en el pilón. Eran los tiempos del 600, del Furia del abuelo, de la sillita de Matilde. 

   Querida Anita, en la pradera celestial donde descansamos de este mundo, yo sé que seguirás velando por nosotros, por Manolo, por tus hijos y nietos, por eso, que el señor te bendiga, te guarde con cariño en nuestros recuerdos, ilumine tu rostro con su gloria y te conceda su paz, esa paz espiritual que tanto deseamos y tú te mereces. 

   Querida Anita, un abrazo. 

Quique.

Tempus fugit