Emeritus (emérito en castellano) se llamaba en la Roma imperial al soldado licenciado con honores, merecedor de un digno retiro para disfrutar del botín conseguido en sus victorias. La ciudad de Mérida debe su nombre y su fundación a los soldados romanos que volvían de las guerras cántabras y se establecieron allí el año 25 a.C.
Ahora son los turistas los que disfrutan visitando sus museos, ruinas y restaurantes.
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Ad bene placitum
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