Continúa mi hermana Matilde (Llille) con el relato de su infancia.
Ahora os quiero contar la historia del burrito de la Plaza España, del coche de caballos para niños.
Cuando nosotras éramos pequeñas —yo no sé si aún sigue existiendo, hasta hace poco tiempo sé que sí que estaba, pero ahora no estoy segura—, en la Plaza España había un coche de caballos pequeñito [1] del que tiraba un burro, un burrito.
Y era muy bonito porque nos subíamos cuando íbamos de paseo por allí por el Parque de María Luisa y la Plaza España mi hermana Virginia nos llevaba y ella se quedaba abajo, alrededor del coche de caballo, dando vueltas por la Plaza España y mi hermana Lola y yo nos subíamos en el burrito.
Pero hay una anécdota muy bonita que yo quería contar.
Mi hermana Lola siempre ha sido muy generosa y a ella muchas veces le daba lo mismo subirse en los sitios o no subirse, porque prefería que me subiese yo. Yo, en aquel entonces, pues me aprovechaba un poco de ella [risas], como buena niña caprichosa… Y ella siempre me decía:
—Súbete tú otra vez, que a mí me da igual; yo me quedo aquí abajo y disfruto viéndote a ti como te das dos vueltas.
Y, bueno, eso siempre lo he recordado con mucho cariño y con mucho agradecimiento. Y, ya pasado el tiempo, yo tenía mucha ilusión de hacerle un homenaje a mi hermana Lola y el año pasado, hablando con mi hermana Virginia, organizamos una ruta por Sevilla, para dar un paseo solamente; ir a tomarnos una cervecita juntas por la parte de Puerta Jerez, que es donde suelen estar los coches de caballo.
Pero nosotras no le dijimos nada a Lola, solamente que íbamos a tomar una cerveza y una tapita a medio día. Era, además un Lunes Santo del año 2022. Y, cuando llegamos allí a la Puerta Jerez, donde están todos los cocheros, nos acercamos porque Virginia se había acercado primero a un cochero y yo dije:
—Lola, vamos a ver qué está hablando Virginia con el cochero del coche de caballos.
Y entonces, cuando nos acercamos, yo ya aproveché —todos los cocheros se vinieron para nosotros, a donde estábamos; ellos no sabían lo que yo les iba a decir—, pero yo aproveché y entonces le dije a mi hermana Lola que, en agradecimiento por tantas veces que ella me había dejado subir al burrito, yo quería darle un paseo por Sevilla en un coche de caballos que estuviéramos las tres.
Y, bueno, fue muy bonito, fue muy emocionante. Las tres llorábamos de alegría. Y cuando nos dimos el paseo por toda la parte turística de Sevilla, luego llegó el cochero a la Plaza España. Y allí nos dimos la satisfacción de dar varias vueltas alrededor de la Plaza España, las tres subidas en el coche de caballo, recordando esa infancia tan feliz que tuvimos. Y fue un momento muy bonito, muy emotivo
Yo, ahora mismo, también me emociono al contarlo, pero bueno, son cosas bonitas y llenas de alegría y de agradecimiento. Y así que os lo quería contar para que quede aquí en la historia familiar.
Hodie mihi, cras tibi
Nota:
[1] Era una pequeña calesa de estilo tílburi, con un solo eje y tiraba de ella un burrito. Después de las obras de rehabilitación de la Plaza, se restituyó el servicio con el mismo carrito arreglado y un animal nuevo, en este caso una burrita llamada Lucera.
Enlace al vídeo antiguo (1966). Imagen original en cine de 16 mm tomada por tío Antonio, hermano de mi padre.
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