Continuamos con la serie dedicada a los recuerdos de mi hermana Virginia.
Querido Diego:
Un día, llevé a mis hermanos pequeños al cine [1], para ver una película fantástica, de animales. Se llamaba ¡Hatari! [2]. Bueno, salía un elefantito precioso, entre otros muchos animales. Nos gustó tanto, tanto, que nos quisimos quedar a verla otra vez, sin avisar a nuestros padres.
Entonces, cuando mi madre vio que no llegábamos, mandó a mi padre a buscarnos. Y allí se presentó, en el cine. Ya estábamos viendo la segunda parte cuando lo vimos aparecer y nos preguntó qué pasaba, por qué no nos habíamos ido a casa, y dijimos:
—Es que queríamos verla otra vez, papá.
Menos mal que no se enfadó. Y nos fuimos volando porque mi madre estaba asustada.
Ya no lo volvimos a hacer. Lo que pasa es que si nos salíamos del cine, para entrar otra vez teníamos que volver a pagar y así vimos las dos por el mismo precio [3].
Peccata minuta
Notas:
[1] En los años 60 del siglo pasado había numerosos cines en Triana, tanto de verano como de invierno. Seguramente se trataba de alguno de estos últimos. Que yo recuerde fuimos al cine Rocío (el más cutre de los cines sevillanos), al Astoria y al Emperador. Hoy día no queda ninguno de ellos.
[2] Película del año 1962, dirigida Howard Hawks y protagonizada por John Wayne y Elsa Martinelli. A destacar los bellos paisajes de Tanzania, la música de Henry Mancini y la turbadora presencia de la Martinelli acariciando al elefantito —algunos adolescentes barritaban gritando: "quién fuera elefante".
En el enlace que añado se puede ver un vídeo que resume las imágenes más famosas de la película, para que las recuerden quiene la vieron y para animar a verla a los que no:
[3] No repetían la película inmediatamente, sino que daban sesión doble y se podían ver dos películas pagando una sola entrada.
1 comentario:
Mi hermana Virginia me confirma que en esa ocasión fuimos al cine Emperador.
Publicar un comentario