Querida familia:
Hoy he editado la tercera entrega de las aventuras de mi hermano Pedro.
Supongo que tendría yo unos diez años, ya viviendo en El Tardón. Junto a mis hermanos Quique y Julio, me apuntaron a mi primer campamento en Jabugo (Huelva) [1].
Aquello me pareció fantástico, y cada día experimentaba una aventura nueva, además de las propias de la época, como marchas nocturnas, etc.
Os cuento: el alojamiento consistía en un edificio enorme de color blanco y situado en una colina, que seguramente aún existe. Al menos tenía dos o tres plantas dedicadas a los alojamientos colectivos, con literas de hierro [2].
Mis dos hermanos en la planta inferior a la mía.
Esos veinte días no tuvieron desperdicio, aunque tuve algunos problemillas.
Muy acostumbrado a estar libre, tanta disciplina me agobiaba un poco y, aunque las marchas diarias me gustaban, junto a otro colega (llamado Lebrón), algunos días nos inventamos estar malos (dolor de cabeza, vientre suelto, etc.). Así nos quedábamos por allí recolectando resina de los pinares cercanos.
El objetivo era gastar alguna que otra broma. Cuando llegaban los compañeros por la noche, aquellos a los que teníamos manía, se quedaban con los pelos pegados a la almohada.
Eso no fue todo, pues algunas noches me meaba en la cama (soñaba que lo hacía en un water).
Tras el "toque de diana" a ritmo militar, aprovechaba algún descuido para cambiarle el colchón a los pijos (eran de colegios buenos) y llevaban magdalenas, chocolates, etc. y solían ser "gorditos".
Las marchas nocturnas me encantaron, una de ellas era de Jabugo a Galaroza, por una senda. Observamos algunos animales y entre ellos escorpiones, que me llamaron mucho la atención.
De todas formas, tengo que reconocer que a partir de ese campamento, comencé a mejorar en relaciones humanas. También me convertí en un ferviente seguidor de las actividades relacionadas con la naturaleza, aunque no todas ellas eran conservacionistas.
Una anécdota tengo que contar, para mis hermanos mayores, aunque falte Quique.
Estábamos preparándonos para la revista del día (parecido al régimen militar) con el uniforme reglamentario y los enseres y cama ordenados.
Poco antes, tuve una discusión con Lebrón, que era algo mayor. Y como las naves se comunicaban mediante unas vigas de hierro perforadas, dije a mis hermanos:
—Lebrón me está molestando y le voy a pegar un botazo.
Bueno, por lo visto se escuchó sonoramente en la sala inferior, en donde justo en ese momento pasaban revista.
Gaudeamus igitur, iuvenes dum sumus
Notas:
[1] En los años 50, la única organización juvenil del régimen estaba bajo el control de la Falange Española, con el nombre de Frente de Juventudes y era una organización paramilitar con una doctrina católica y franquista. A partir de 1960, se disolvió y se creo la Organización Juvenil Española (OJE), algo menos doctrinal, y que sigue existiendo actualmente como organización sin ánimo de lucro, laica y apolítica. Página web: https://oje.es/
[2] pensamos que el edificio era el conocido como "Tiro de Pichón", diseñado por Anibal González y edificado por el Marqués de Aracena durante el reinado de Alfonso XIII, para que fuera un pabellón de caza real, donde se practicara esa modalidad llamada tiro de pichón, de moda en la época. Sirvió de lugar de campamentos escolares y posteriormente, se dice que de manicomio. Al parecer es famoso por fenómenos paranormales. ¿Serán las voces misteriosas del tío Pedro que aún resuenan por las vigas metálicas huecas? 😂
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